Despues de hacernos, de manera cutre-artesanal, un disparador remoto para nuestras camaras, el auténtico y yo fuimos a comprobar que funcionaban correctamente y de paso practicar la fotografía nocturna. La experiencia fué bastante positiva, es increible ver como de una noche oscura pueden aparacer unos paisajes tan marcianos, en fin, repetiremos, aunque nos queda mucho por aprender.
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